04-03-2019
El presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Claudio Cesario, aprovechó un encuentro con periodistas y banqueros para volver a cargar contra la alta presión tributaria, criticar a la oposición por su proyecto de gravar la renta financiera y pedir que el Banco Central regule a las llamadas "fintech", para poder competir en “igualdad de condiciones”.
También se refirió a las tasas de interés, y estimó que irán descendiendo a medida que baje la inflación, aunque agregó que deberán seguir siendo positivas en términos reales para que los depósitos consoliden su crecimiento.
“Una presión tributaria del 38% ahuyenta o desalienta cualquier oportunidad de inversión”, dijo. “¿Cuál es la tasa de retorno que se necesita para soportarla y qué importante es el incentivo para manejarse en la informalidad?”, cuestionó el representante de los banqueros extranjeros.
Sobre las Fintech, el presidente de la asociación enfatizó que "no vemos motivos para que el BCRA no las regule" a la vez que volvió a pedir "igualdad de condiciones" para la competencia. "Ofrecen los mismos servicios que nosotros, pero no tienen que enfrentar los costos relacionados con la regulación que existe para el sector", indicó para luego agregar: "Esos menores costos no se reflejan cuando mirás las tasas que les cobran a sus clientes", sugiriendo que los préstamos que otorgan las fintech son mucho más caros que los ofrecidos por los bancos. Sin embargo, no deja de haber grises: un ejemplo claro es el caso de MercadoFondo, el "fondo de inversión" de MercadoLibre, que le ofrece a sus clientes invertir los saldos que quedan en la cuenta en un fondo común de inversión, que administra el BIND.
La regulación hoy, sigue la "doctrina Llach", promovida por el ex vicepresidente de la institución, Lucas Llach. Básicamente, sostiene que las fintech no deben estar reguladas por la autoridad monetaria porque no toman depósitos. Por lo tanto, no hay ahorristas para proteger.
Entre los bancos que forman parte de ABA están el Santander, del ICBC, del BBVA Francés, Itaú y del Patagonia (que se "cambió" de categoría tras involucrarse más aún con el Banco do Brasil).